Recorriendo los jardines del Hotel Atitlan, mientras el gigante dormía, perseguía una sombra que había
despertado mi curiosidad. La seguí por una brevedad de tiempo cuando se perdió
repentinamente, fue entonces cuando un escalofrío me recorrió, algo que se
depositaba en mis intuiciones me hizo pensar que podría tratarse de un suceso
inexplicable. Despacio, casi de puntillas avancé un poco más, justo en ese
momento las plantas a mi lado, que eran parte del recorrido del hermoso jardín,
se movieron repentinamente y junto a ellas salió un hombre alto, con sonrisa
carismática. Pegué un brinco al primer contacto, éste se apresuró a tranquilizarme.
-
Lo siento, no ha sido mi intención asustarla. He
percibido la cercanía de alguien que parecía seguirme los pasos y me dio
demasiada curiosidad –
Me llevé la mano al pecho y tomé
un profundo respiro.
-
La que debe disculparse soy yo, no acostumbro a
seguir personas pero no pude evitarlo, pensé que a estas horas de la noche
sería la única recorriendo estos hermosos jardines.
-
Bueno, el lugar es una belleza, un codiciado
lugar para hospedarse frente al majestuoso Lago de Atitlan, Atitlan Lake como
dicen en anglosajón, no me sorprendería si no somos los únicos, aún a estas
altas horas de la noche – dijo develando una hipnótica sonrisa.
Inevitablemente me sonreí.
-
Joaquín – dijo extendiendo su mano y sujetando
la mía delicadamente.
-
Mercedes – contesté sin dejar de verle a los
ojos.
Unos ojos tan amigables y
apacibles como su sonrisa, que parecían que de un momento a otro iban a
destilar miel. Su mano, grande y fuerte, cubrió delicadamente la mía. Percibí
el calor de su cercanía y de pronto estaba absolutamente nerviosa, mis sentidos se sensibilizaron y hasta percibí una pequeña brisa proveniente del Lago Atitlan.
Joaquín me pidió que le
permitiera acompañarme por el resto de la caminata en los jardines del HotelAtitlan, a lo que accedí gustosamente. Nos paseamos por los jardines
compartiendo cierta información sobre nosotros, pero también invadidos por las ganas de abordar
muchos otros temas en que los que encontramos cierta afinidad, como la música,
las películas, los libros y muchos más. No quería que la caminata terminara,
pero tristemente tuvo un fin, por supuesto que no significó el fin de nuestra
historia…
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